Thursday, May 24, 2012

Corrupción



Yo uso; el no usa; nosotros usamos y ellos no usan. Este es el auxiliar del verbo Corrupción, este ejercicio de dialéctica y semántica de manera diacrónica y con una realidad sincrónica, es una ilusión, es irreal “hago el alcance para que no se vayan a perturbar y prevengo que toda semblanza con hechos reales es pura casualidad”.

En un Estado de Derecho esto no sucede, así que vamos a suponer que en un gobierno donde los valores y principios son el centro y la preocupación mayor de los senadores, diputados, legisladores, etc., han habido actos de corrupción, cometidos por aquellos que hablan permanentemente de ética y de derechos humanos, dicho sea de paso estos son integrales (políticos, sociales, económicos, ambientales).

La corrupción es un atentado a los derechos humanos de los ciudadanos, los cuales han sido traicionados, burlados, mancillados, por aquellos representantes del pueblo, que pidieron la confianza a éste para representarlos en sus reivindicaciones y derechos fundamentales.

Estos espurios y pseudos representantes, han utilizado la confianza que les entregó el pueblo, para sus beneficios personales, este atentado es de una violencia extrema dirigida al pueblo entero y en especial a la capa más desfavorecida de la población, los más necesitados, los más frágiles, los cesantes, los niños, los jóvenes, las madres. Todos estos hubiesen querido poder practicar alguna actividad lúdica, artística, cultural, deportiva, etc., pero no hay medios para que esta parte importante de la población, que es la mayoría, ya que los medios correspondientes fueron desviados de su uso, para costear los lujos de los honorables (auto designados).
Hemos escuchado durante años el discurso de la Concertación y de la Alianza, tratar de someter y forzar al pensamiento único, el de los arrodillados, los sometidos…Acusar a todo aquel que piensa diferente de ellos, dicen que hay incompatibilidad de principios y valores fundamentales no compartidos. Sabemos a ciencia exacta dónde está la ética no compartida: en realidad el problema son ellos, los corruptos, ímprobos, malvados y manoseadores (masturbadores) de los derechos del pueblo. Son ellos el problema.

Como es fácil advertir, que en todos estos casos se persigue o alimenta el mismo fin, confundir las conciencias, desmovilizarlas y cerrar así el paso a la organización y a la acción necesaria para construir una alternativa social al capitalismo, por lo tanto, a todo aquellos que estamos contra el pensamiento único.

Es absolutamente necesario manifestar toda nuestra mayor cólera e indignación, manifestar de manera rotunda nuestra oposición a aquellas honorables personas que utilizan los medios del Estado, es decir del pueblo, para sus usos privados, personales, familiares y círculo de amistades.

Esta realidad de la corrupción en las estructuras sociales es algo que encontramos no solamente en un país específico, es una realidad de los sistemas políticos implantados y que sobreviven gracias a la mantención de estructuras y estratos sociales en los procesos de movilidad social y que permite a las democracias neoliberales sobrevivir y por ende a sus actores.

Los pueblos se adaptan al sistema político por  conformidad e innovación:
Se adaptan en conformidad cuando abordan la acción social como una aceptación total de las finalidades y medios, lo cual incluye una conformidad con el status quo y la idea de cambiar se presenta como una tensión inaceptable, con efectos cuantitativos y simbólicos.
Y la adaptación por innovación, es casi exclusividad de la actividad económica, la cual de por sí es una actividad desviante y que se produce mediante el uso de recursos institucionalmente prohibidos y que son eficaces ya que permiten dar apariencia de logro, éxito, riqueza y poder.

Todo está permitido, hurto, delito, vicio organizado, etc. Esta adaptación tipifica la legalización social del comportamiento motivado por la agudización en la reducción de la calidad de vida, la ausencia o la falta de claridad de las normas que deben ser impuestas por la institucionalidad.

La mantención a contra sentido del capitalismo y de su sistema político y económico neoliberal, el cual nos demuestra cada día su sinsentido y lógica incongruente, sin ninguna coherencia de desarrollo real y durable. Es un contra sentido en todos los ámbitos. Este sistema es el grado máximo de corrupción y de enajenación de un pueblo. Y esto se mantiene a que éste permite usufructuar del sistema para enriquecimiento personal y familiar, como sistema de movilidad y promoción social.

La utilización de los medios masivos de comunicación juegan un rol preponderante en la corrupción, ya sea negando, desviando o minimizando esta. Pero esta realidad establecida, es un comportamiento regular y estructural no legítimo que afecta al sistema capitalista a nivel global.

El neoliberalismo es responsable de ese flagelo que es la corrupción, debido a que se interpone en que el Estado intervenga y fije las reglas de control necesarias al buen funcionamiento de la sociedad y sus instituciones, en beneficio del pueblo.

El libre mercado es la perversidad intrínseca; éste crea comportamientos delictivos, en la defensa de los intereses privados y egoístas, crea mercados paralelos, los cuales crean el debilitamiento de la ética, la pérdida y disolución de los principios y valores colectivos.

Los dirigentes pactan licitaciones comerciales con las transnacionales y la oligarquía de manera privada, al margen del
Estado, en beneficio lógicamente de ellos, sus familiares y grupos de amigos.
La decrepitud del Estado contribuye a todos los tipos de corrupción en todos los niveles y servicios de la sociedad, educación, salud, previsión, etc.
El Estado es mantenido por la clase dirigente usurpadora, como el medio para impulsar sus planes de enriquecimiento ilícito.

No hay que olvidar que la corrupción es multidireccional y sistemática y que ésta se desarrolla en un Estado de Derecho ficticio y no real y se previene desde la institucionalidad con legislación y educación, es iluso creer en la eficacia de la represión cuando muchas veces esta está en los niveles más alto del Estado y de sus dirigentes son los actores de esta corrupción.

La corrupción es un problema eminentemente político. Las clases dirigentes que han dirigido al país hasta ahora, lo han hecho en función a sus aspiraciones de mantención del Status Quo. Y los casos de corrupción que se han hecho públicos, se debe solamente a las disputas intestinales al interior de la coalición de gobierno y no a un sinceramiento sociopolítico.

La debilidad institucional de la Democracia en nuestro país ha contribuido al sostenimiento de un sistema paralelo integrador de corrupción frente al sistema legítimo en plena crisis. Este sistema es concebido y mantenido por la casta dirigente tradicional.

A pesar de las deficiencias estructurales, el problema de la corrupción no tiene, en rigor origen, en el Estado, sino en las clases dirigentes que han manejado el Estado.

La falta de ética, principios y valores basados en el respeto resoluto de los derechos fundamentales del hombre y que están ausentes en lo Estructural y que se verifica en la construcción y funcionamiento de un sistema paralelo al Estatal o legítimo, concebido e implementado por la clase dirigente.

La principal repercusión de los hechos de corrupción por los medios masivos ha sido su costo moral. Cuando la ética gubernamental no es la apropiada, cuando la opinión pública tiene en general un concepto negativo de la política, la corrupción se tolera porque se considera una consecuencia inevitable del ejercicio del poder.

Y aquí los medios de comunicación son indispensables para la formación de una opinión colectiva, especialmente sobre una cuestión tan secreta y clandestina por definición. Y no participar, ni contribuir a que los ciudadanos mantengan una actitud apática en esencia.

.La ineficiencia de los servicios públicos generan corrupción, pero también es cierto que el nivel de integración social y la percepción de las metas sociales es casi inexistente. No se puede pretender una relación ciudadana óptima, con las reglas institucionales actuales, si estos se encuentran fuera o se siente fuera de los propósitos de la sociedad. En una sociedad sin vínculos efectivos de integración ¿cómo se puede exigir a los individuos proceder con ética y probidad?

Es la inconsecuencia lo que indigna, la decisión de actuar a contra-sentido,  perpetuando un modelo neoliberal discriminatorio, condenado, obsoleto, anacrónico, que va contra la esencia, la integridad, y la identidad del hombre, que consolida y aumenta sus víctimas.
El conflicto de fondo sigue siendo el de siempre: entre justicia e injusticia, entre los derechos de todos y los intereses de una minoría, entre verdad y mentira.
No puede construirse una sociedad justa tolerando formas abiertas o veladas de corrupción, de abuso, de nepotismo, de autoritarismo o de elitismo.
No puede construirse la igualdad sacrificando las libertades democráticas, por más que se invoque el interés supremo del pueblo, si éste no tiene la forma de elegir y controlar a sus gobernantes. Tampoco es posible la libertad plena, sin el desarrollo de la justicia social en pos de la igualdad.

Aquí no se trata de interpretar nada, la tarea es transformar el mundo, las ideas, lo que nos separa, son los intereses, los del capital, la Oligarquía contra los trabajadores, el poder organizado de una clase para oprimir a otra.

Es absolutamente necesario cambiar la Constitución chilena por una auténticamente democrática y representativa de las necesidades de nuestro país y de nuestro pueblo. Es más que necesario un cambio del sistema sociopolítico que privilegie los derechos humanos. Para crear un mundo distinto, diferente, una nueva visión de la vida, un mundo de igualdad, un mundo comprometido con la vida, con la construcción del hombre nuevo.

El hombre es la creación de lo imposible, nada es suficiente, nada es demasiado grande, en la construcción de la sociedad para el hombre, todo se debe intentar, todo esfuerzo debe ser dirigido hacia el bienestar del hombre, ningún esfuerzo puede ser menor, o ignorado.


La libertad no es fruto que crezca en todos los climas, y por ello no está al alcance de todos los pueblos. Inmanuel Kant.

Fernando Morales Escobar                                        

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